Este artículo es fruto del trabajo realizado para el Seminario “Hablemos de la Salud Mental”, dentro del Ciclo de Seminarios ProCC de Primavera que se desarrolló de marzo a junio de 2021.
Hablar de la salud mental nos suele remitir habitualmente a la enfermedad mental. Y nos preguntamos: ¿Dónde queda el cuidado del bienestar psicológico de la población?
Ahora, en tiempos de pandemia, se hace muy visible la preocupación por la sintomatología que aflora: subjetividades desarboladas por la ruptura de los tiempos y espacios, fluctuaciones intensas del estado de ánimo, ansiedad, angustia, trastornos del sueño, desajustes importantes en las relaciones familiares, aumento de las situaciones de violencia, efectos de duelos no tramitados, y un largo etcétera. Y seguimos preguntándonos: ¿Cuál es la intervención? ¿Médica, psiquiátrica, farmacológica, y de corte individual? ¿Esto atiende la afectación de la salud mental colectiva?
Es necesario que “hablemos de la salud mental”.