Las actividades que se organizan en los centros educativos para promover la igualdad entre hombres y mujeres no siempre tienen los efectos deseados. Cuando las propuestas de análisis socio-histórico se hacen desde la parcialidad, obviando que los constructos de la identidad de hombre y mujer también son un producto generado, mantenido y moldeado por un sistema socio-económico, corremos el riesgo no solo de no ayudar a superar las situaciones de desigualdad, sino de agudizar el desencuentro y la confusión. La propuesta metodológica de intervención de los Procesos Correctores Comunitarios (ProCC) aporta un contrapunto que permite romper la dinámica de enfrentamiento y reivindicaciones parciales para afrontar la conquista de la autonomía personal y social desde el nosotros, hombres y mujeres. Son ilustrativas las consecuencias de las actividades propuestas en un Centro de Bachillerato de Bilbao en torno a la celebración del día 8 de Marzo, y los cambios que se produjeron, tras una intervención de varias sesiones mediante la Metodología de los ProCC, con el alumnado del ciclo superior de Animación Sociocultural del mismo Centro.
