Género

Me desvivo por mis hijos, tengo que estar siempre disponible, no me da la vida, siempre pendiente de los demás, vacío, soledad, culpa, siempre perfecta…
Tengo que ser fuerte y poder con todo, no valgo nada sin trabajo, no sé cómo hablar con mis hijos, en mi casa soy un armario en el pasillo…
Reparto de tareas, corresponsabilidad, manipuladora, machacona, controlador, pasota

¿Las cosas son así?

En las últimas décadas los cambios en el rol femenino han sido importantes y valiosos. Sin embargo, estos cambios de la mujer traen nuevas contradicciones, nuevas dudas, nuevos retos. Independencia económica no es sinónimo de liberación, aunque sin duda contribuye a ello; ocupar espacios nuevos sin un trabajo propositivo del rol asignado -donde el sacrificio, el ser imprescindible, el sentimiento de culpa, la invisibilización de sus necesidades, enhebran su subjetividad- dificulta su estar bien; transitar un proyecto de vida que trascienda lo exclusivamente familiar aún no está libre de cargas y culpas; armonizar el desarrollo de la vida familiar y laboral es aún un reto, resolver contradicciones que allanen o faciliten el camino para el encuentro de hombres y mujeres, sin rivalidad ni competencia, se visualiza cada vez como más lejano.

A través del Programa ProCC “Ser mujer hoy” abrimos un espacio para visibilizar la construcción social de los roles de género, y así trabajar las contradicciones actuales.

Los datos actuales de la población masculina reflejan una situación preocupante: problemáticas de salud, asunción del riesgo como prueba de hombría, accidentabilidad, violencia hacia las mujeres y entre hombres, suicidios, adicciones… Sin embargo, tanto en el discurso científico como en el terreno de la práctica social, la problemática masculina sigue estando seriamente invisibilizada.

Desde ProCC llevamos muchos años aportando al esclarecimiento de esta situación que implica estar hablando de la masculinidad hegemónica como la de un “hombre en riesgo” y consideramos la necesidad de una atención inapelable y urgente, condición para el bienestar de hombres y mujeres, condición para conseguir la equidad de género, condición necesaria pero no suficiente, para el avance de las luchas sociales, condición que enriquece y potencia otros grados de protagonismo para la construcción de la sociedad que anhelamos.

“Si la lucha por la igualdad se queda en el derecho a ser igualmente explotados hombres y mujeres, el sistema habrá logrado robarnos la potencia transformadora del cuestionamiento de género y le habrá quitado su carácter revolucionario” (Ayelén Losada, 2019).

Nos parece importantísimo que hablar de género no sea generar enfrentamiento, ni entre hombres y mujeres, ni entre personas en general. Nuestra propuesta de trabajo de género está encaminada hacia posibilitar el encuentro entre las personas, un encuentro libre y respetuoso en el que se reconozcan las necesidades  de todas las partes y se coopere para reescribir los guiones sociales establecidos sin negar las desigualdades implicadas.

¿Cómo interpelar la lógica patriarcal sin caer en la lógica patriarcal? 

Es una de las preguntas que motivan los Programas ProCC sobre género para grupos mixtos. El reto es visibilizar la desigualdad de género del patriarcado, pero sin caer en las lógicas del patriarcado. Esto no es fácil. Y es importantísimo pensarlo juntos. Pensarlo permanentemente. Y por eso hace falta una actitud creativa, constructiva y de reflexión que sea lo más amorosa posible. Porque cuando hablar de género implica enfrentamiento, crispación, y agresividad el capitalismo se frota las manos.

¿Te interesa una intervención de este tipo o con este grupo de población? Cuéntanos y lo pensamos contigo.

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