Hoy observamos una subjetividad en riesgo fruto de una precarización de procesos de construcción subjetiva inherentes a la propia humanización; con una distorsión, desde una fina orfebrería, depautas de crianza saludables, junto a la “extinción” de la posición de adulto. Frente a ello consideramos urgente y priorizado promover un trabajo grupal y comunitario, que no implique una psiquiatrización de la población y que nos permita ocuparnos de larealidad interna del sujeto no menos que de su realidad externa. Esto es condición necesaria, aunque no suficiente para aportar a los procesos de transformación social de modo integral y coherente, ya que estamos construidos con las mismas categorías de aquello que queremos transformar.
